Paginas Amigas

martes, 27 de julio de 2010

Unidad 2.2. La educación en la era índígena

Se denomina era española o colonial a la época en la que el actual territorio argentino fue conquistado y colonizado por los españoles desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, cuando un grupo de criollos inicia las luchas por la independencia a partir de la revolución de mayo en 1810.



ERA INDÍGENA - ERA ESPAÑOLA - ERA CRIOLLA - ERA ALUVIAL



La era española en América se inicia con el descubrimiento de la existencia de este continente para los europeos. Esto lo hace Cristóbal Colón en el marco de una empresa española. Y es el Papa Alejandro IV quien legitima la conquista a partir de “Bulas” donde se autoriza a los reyes cristianos a conquistar y adueñarse de todos los territorios que no pertenezcan a señores cristianos con la condición de evangelizar a sus aborígenes. Es así como se inician tres largos siglos de conquista y colonización de este continente especialmente por parte de España y Portugal, signados por la tensión entre la política y la religión, entre la espada y la fe. Lleno de luces y sombras tanto por parte de protagonistas europeos como indígenas, tenemos que aceptar que al ser conquistada la América indígena y al ser transplantada la cultura española y portuguesa a estas tierras, se perdió la mayoría de los aportes de la cultura autóctona de América que quedaron truncos sin posibilidad de seguir desarrollándose. Es por eso que hoy hablamos de cultura oriental y occidental incluyendo a América como parte de la cultura occidental, con fuerte incidencia de la cultura grecorromana y cristiana y prácticamente sin incidencia de la cultura aborigen de América.
Estos tres siglos de nuestra historia se caracterizaron por tener una política autoritaria y centralizada; donde el poder se concentraba en el rey de España y en sus virreyes en las colonias americanas: diferentes instituciones de gobierno instaladas en la metrópoli española (Consejo de Indias, Casa de Contratación, ) y en tierras americanas (Gobernación, Consulado, Aduana, Cabildo, etc.) colaboraban con el gobierno y la administración de estas tierras tan grandes y tan lejanas con respecto al reino de España. En general la concepción económica imperante era el mercantilismo, donde la riqueza estaba dada por la posesión de metales preciosos (especialmente oro y plata). Esto generó que España “saqueara” la mayoría de esos metales abundantes en América y los llevara hacia sus tierras, aunque gran parte de ellos los perdería por no implementar buenas políticas productivas y tener que importar muchos de los productos que necesitaba a las demás potencias de Europa. Con las colonias instaló un fuerte monopolio y habilitó muy pocos puertos para asegurar el control. Esto también favoreció la aparición del “contrabando” que buscaba mejorar las ganancias comerciales en lugares como Buenos Aires, alejados de los grandes centros y muchas veces apañados por las autoridades. La sociedad colonial estaba organizada en grupos bien delimitados: los españoles que en general ocupaban los cargos públicos más importantes y/o se dedicaban al comercio – los criollos, hijos de españoles nacidos en América, muchos de los cuales habían realizado estudios universitarios en América o Europa – los mestizos, entre los que se encontraban los “gauchos” que vivían en las zonas rurales – los esclavos, generalmente de raza negra.


Para esta unidad, se seleccionaron las películas La misión y Estación Central, y el cuento El libro, de Manuel Mujica Laínez. A partir de ellos se abordarán los siguientes temas:
Ø Educación y conquista: violencia simbólica o transformación superadora
Ø La Iglesia como agente eduacional.
Ø Autoridad y autoritarismo
Ø La educación de la mujer
Ø El analfabetismo

EDUCACIÓN y CONQUISTA
Denominamos cultura a las distintas formas de uso, apropiación, distribución y producción de bienes materiales y simbólicos mediante las cuales diferentes grupos, clases y sectores sociales constituyen su identidad y marcan sus formas de habitar el mundo. La existencia de variadas formas culturales en un mismo espacio social da lugar a situaciones complejas donde muchas veces se conforma un campo de batalla donde se dirimen las distintas formas culturales, intentando que se legitime alguna de ellas.
De alguna forma la educación es una tarea que se encarga de producir y distribuir las formas culturales consideradas legítimas y valiosas. Y necesariamente se producirán tensiones cuando las formas culturales que pretende transmitir el educador son muy diversas u opuestas a las formas culturales de origen del educando.
Si volvemos al concepto de educación como la transformación de un ser humano hacia un estado mejor y deseado, en el caso de la heteroeducación lo podemos relacionar con la “conquista”. A su vez el concepto “conquista” se relaciona tanto con la guerra en el caso de la conquista de imperios, territorios, etc., como con el amor cuando se trata de conquistar a otro.
Querer educar a otro implica siempre tratar de que incorpore algunos conocimientos nuevos, diferentes a los que posee, y que los seduzcan de tal modo que el educando decida dejar su forma de ser para transformarse en otra forma a partir de esos conocimientos nuevos. La forma de presentarle al educando los nuevos conocimientos puede realizarse mediante la persuasión e intentando que de alguna forma los seduzcan, los reconozca como valiosos y los incorpore a su forma de ser y de habitar el mundo (acá podríamos hablar de una “erótica docente”); pero también puede realizarse mediante la imposición, mediante la violencia física y/o simbólica.
La educación como conquista amorosa, parte del respeto del otro y de la valoración de algo que el otro no posee, y busca que el otro se mejore a sí mismo, que supere su actual estado de ser. En la película La misión, podemos observar ejemplos de esta relación pedagógica entre el Padre Gabriel y Rodrigo, que decide transformarse y vivir cuidando y educando a los indígenas que antes perseguía en una de las misiones jesuíticas. Y también son ejemplos de esta relación pedagógica los numerosos guaraníes que transforman parte de sus formas culturales aceptando e incorporando a su vida cotidiana conocimientos sobre variadas cuestiones (arquitectura, agricultura, economía, organización social, etc) acercados por los jesuitas. En cuanto a la religión, ellos se convierten al cristianismo y algunos hasta llegan a elegir seguir al Santísimo Sacramento, rezar y no matar ni defenderse aún en el momento más terrible de sus vidas, cuando son atacados sin piedad por los españoles y portugueses quienes deberían actuar como cristianos y no lo hacen. Son numerosos también los ejemplos en la literatura, en la historia argentina y en la vida cotidiana de nuestras escuelas donde a veces se da este proceso de transformación cultural donde un alumno es seducido por algún conocimiento o forma cultural nueva y se transforma a sí mismo, inclusive aceptando el riesgo de la traición y/o diferenciación y distanciamiento de los suyos.
La educación como conquista violenta, parte de la valoración de algo que el otro no posee, pero se olvida del respeto de ese otro. No seduce, impone. Quiere transformar al otro en un estado mejor y deseado para mí; y donde este para mí puede querer significar la valoración subjetiva por parte del educador de la transformación del otro, o la valoración del otro transformado porque a mí me conviene dicha transformación. En la película la misión y en la historia de la conquista y colonización de América aparecen numerosos ejemplos de esta relación que no llamaremos educativa y que muchos denominan “violencia simbólica”. También el Ñuto Ascencio sufrió violencia simbólica en la escuela. Y también hay muchísimos ejemplos en la literatura, en la historia y en las aulas de las escuelas argentinas. Muchas pedagogías llamadas críticas han puesto su atención en este fenómeno y acusan a la escuela de transmitir, imponer una cultura específica, avalada por el grupo dominante, y así la escuela subestima a quienes no poseen esa cultura y al mismo tiempo los transforma en seres sociales funcionales a las estructuras socioeconómicas imperantes sin posibilitar el cambio de las mismas lo que permitiría una transformación auténtica de las personas que pertenecen a clases bajas o marginadas. Es decir, según las teorías críticas la escuela transmite las formas culturales de la clase dominante y no colabora con la equidad sino que reproduce las desigualdades sociales.
El planteo de las pedagogías críticas es interesante para atender y respetar a los diversos alumnos, pero deja sin resolver el problema sobre qué recorte cultural habrá que transmitir en las escuelas. Porque educar implica necesariamente el proponer algo desconocido por el educando; a éste no le serviría que, por no violentarlo, uno solo le proporcionara los conocimientos y las formas culturales que ya posee. Inevitablemente quienes deciden educar tienen qué definir qué van a enseñar, qué es lo que consideran muy valioso y por lo tanto imprescindible para que los otros lo aprendan. En la era colonial esa decisión correspondió a las autoridades del reino español que definieron que lo más importante eran las enseñanzas de la religión católica. Esta preocupación religiosa se dio por la íntima relación que existía entre el estado español y la Iglesia católica y porque la bula de Alejandro VI, que había legitimado la expansión española en América, había hecho de la conversión de los aborígenes al cristianismo el motivo justificador de la conquista.

LA IGLESIA, COMO AGENTE EDUCACIONAL
Así fue como en esta época el agente educacional más importante fue la Iglesia.
La tarea de evangelizar y educar estuvo fundamentalmente a cargo de órdenes religiosas (dominicos, agustinos, franciscanos, jesuitas,etc.) que empezaron a llegar junto con los conquistadores y formaron espiritual e intelectualmente a las colonias durante tres siglos.
En cuanto a la educación de los indígenas, trataron desde el principio convertirlos al cristianismo e incorporarlos a las formas de vida de la civilización española y occidental. La educación consistía en instrucción religiosa y también una formación práctica: leer, escribir, contar, y diferentes oficios.
Muchas veces las órdenes religiosas tuvieran dificultades con el poder el civil y los colonizadores cuyos intereses políticos y especialmente económicos, chocaban con la acción evangelizadora de los religiosos. Por eso la corona que pretendía una colonización pacífica que conservara a los indígenas, optó por autorizar el “sistema de misiones”, en el que se destacaron los jesuitas (Compañía de Jesús). En ellas los jesuitas organizaban a los indígenas en reducciones gobernadas por caciques, alcaldes y regidores indios, bajo la supervisión de sacerdotes jesuitas. Esos pueblos, independientes de la autoridad de los gobernadores y del contacto de los encomenderos, fueron un poderoso medio de defensa de los indios, donde no se los explotaba con fines de lucro y se los acostumbraba a vivir en una organización basada en los principios del trabajo, la convivencia social y la religión católica. En el Paraguay fue donde su obra cobró mayor esplendor, logrando reducir más de treinta pueblos a los que dieron una educación integral que tendía al mejoramiento material, sensible, intelectual, moral y espiritual de los indígenas. Los jesuitas comenzaban por pacificar a los indios, reunirlos en reducciones e inculcarles hábitos de orden y disciplina. A cada familia le adjudicaban una propiedad con su quinta para su subsistencia. Les enseñaban la doctrina católica con el idioma de los aborígenes de la manera más comprensible posible. También les enseñaban las primeras letras, el canto popular y litúrgico, y diversos oficios y trabajos de industrias manufactureras y agropecuarias. Esta magnífica obra se derrumbó con la expulsión de los jesuitas de España y América en 1767 por orden de Carlos III.


En cuanto a la educación en la sociedad colonial, también esta estaba en manos de miembros de la Iglesia.
Existían escuelas de primeras letras en parroquias y conventos donde se enseñaba el catecismo, a leer, a escribir y a contar y realizar las cuatro operaciones fundamentales en forma gratuita. Posteriormente aparecieron algunas escuelas similares donde el maestro era un laico que solicitaba algún lugar en el Cabildo para dictar sus clases. Evidentemente los que asistían eran un porcentaje mínimo de la población, siendo estas sociedades mayoritariamente analfabetas.
También existían a partir del siglo XVII estudios preparatorios que funcionaban en algunas aulas de conventos y donde se enseñaba latinidad y filosofía que incluía lógica, física y metafísica aristotélica. Estos estudios preparaban para poder iniciar estudios universitarios que eran dictados en latín. El Colegio de Monserrat de la ciudad de Córdoba fue fundado por los jesuitas como preparatorio para el ingreso a su Universidad y no solo fue el más reconocido de la época sino que continúa como Colegio de nivel secundario en la actualidad..
El único centro de estudios universitarios de la época colonial en el actual territorio argentino fue la Universidad de Córdoba. En 1613 los jesuitas fundaron el Colegio Máximo, que fue autorizado en 1624 a otorgar títulos de grado bachiller, licenciado, maestro y doctor por 10 años. En 1634 se constituyó en Universidad ya que el Papa Urbano IV le otorgó la facultad de conceder grados académicos a perpetuidad . En 1680 mejoró su organización a través de “constituciones” (hoy estatutos) que organizó el gobierno de la misma con absoluta independencia de las autoridades civiles, determinó atribuciones y deberes de los diferentes funcionarios designados por el provincial de los jesuitas y estructuró los estudios en dos facultades: a) facultad de artes que abarcaba el estudio de la filosofía (lógica, física y metafísica de Arsitóteles) con tres años de estudio y dos de pasantía b) facultad de teología que abarcaba el estudio de cánones, moral,y teología en cuatro años de estudio y dos de pasantía. La enseñanza de esta universidad estaba destinada a formar a los miembros del clero y tuvo una gran gravitación cultural ya que por intermedio del sacerdocio que conformaba la capa intelectual de la sociedad se infiltraba en los otros espacios de la sociedad.


En definitiva, era la Iglesia católica el agente educacional primordial de esa época de más de tres siglos que formó las raíces de nuestra Argentina. Llegando a 1810 la mayoría de los habitantes eran católicos; la cosmovisión, la cultura de la sociedad era católica. Y en los sucesos de la semana de mayo participaron muchos de los miembros de la Iglesia en los debates y tomas de decisiones, como por ejemplo el Obispo de Buenos Aires Lue y otros sacerdotes, que se opusieron a la conformación de una junta de gobierno, y otros sacerdotes como Alberti , que apoyaron la postura libertaria. También los ejércitos revolucionarios iban con capellanes que predicaban, sostenían, animaban a las milicias. Otra cuestión fue la prédica de las ideas revolucionarias a través de La Gazeta: allí participó también el Padre Alberti recibiendo artículos del interior y editando la revista junto a Mariano Moreno; luego desde diciembre de 1810 el director de LG fue el Dean Funes (Córdoba). Pero como la mayoría de los habitantes eran analfabetos, se les pidió a los párrocos de cada parroquia que ayudaran a difundir las ideas leyendo y explicando los artículos de LG después de la misa dominical. Y en el Congreso de Tucumán de 1816 donde se declaró nuestra independencia, 12 de los 19 congresales eran sacerdotes (Fray Justo Santa María de Oro, el más recordado).

lunes, 7 de junio de 2010

Trabajo Práctico

Teniendo en cuenta el esquema conceptual dado y a partir del power point dado en clases y los videos de Pilar Sordo (youtbe: Valdivia 09 y 10), elabore en su cuaderno o carpeta un texto sobre La familia como agente educacional.

Lea y lleve a clases para utilizar en la evaluación los textos crsitianos sobre familia y matrimonio que aparecen en el blog.

La familia como agente educacional

Unidad 2.1. – La familia como agente educacional –
Bibliografía: Textos de orientación católica sobre el matrimonio y la familia


I. Texto del Episcopado Argentino

Sobre el bien inalterable del Matrimonio y la Familia
Asamblea Plenaria, 20 de abril de 2010

"Al pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
1. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm 2,4). Por eso estableció con el hombre un diálogo de salvación, que culminó en el encuentro con Jesucristo, Señor nuestro y compañero de camino. La Iglesia está llamada a extender este diálogo a la convivencia humana. El diálogo para ser fecundo debe ser claro, afable, sencillo y confiado. Todo esto lleva implícito el respeto a la persona que vive, siente y piensa de un modo diferente. Todos estamos llamados al amor de Dios. La claridad del diálogo exige un discernimiento en orden a reconocer la verdad, sobre la cual los pastores no podemos callar. Esto no supone menosprecio ni discriminación.
2. El ser humano ha sido creado a imagen de Dios. Esta imagen se refleja no sólo en la persona individual, sino que se proyecta en la complementariedad y reciprocidad del varón y la mujer, en la común dignidad, y en la unidad indisoluble de los dos, llamada desde siempre matrimonio. El matrimonio es la forma de vida en la que se realiza una comunión singular de personas, y ella otorga sentido plenamente humano al ejercicio de la función sexual. A la naturaleza misma del matrimonio pertenecen las cualidades mencionadas de distinción, complementariedad y reciprocidad de los sexos, y la riqueza admirable de su fecundidad. El matrimonio es un don de la creación. No hay una realidad análoga que se le pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas; tiene características propias e irrenunciables, que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad. Así fue reconocido en las grandes culturas del mundo. Así lo reconocen los tratados internacionales asumidos en nuestra Constitución Nacional (cf. art. 75, inc. 22). Así lo ha entendido siempre nuestro pueblo.
3. Corresponde a la autoridad pública tutelar el matrimonio entre el varón y la mujer con la protección de las leyes, para asegurar y favorecer su función irreemplazable y su contribución al bien común de la sociedad. Si se otorgase un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, o se las pusiera en un plano jurídico análogo al del matrimonio y la familia, el Estado actuaría erróneamente y entraría en contradicción con sus propios deberes al alterar los principios de la ley natural y del ordenamiento público de la sociedad argentina.
4. La unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y de la familia. Está ausente de ella la dimensión conyugal y la apertura a la transmisión de la vida. En cambio, el matrimonio y la familia que se funda en él, es el hogar de las nuevas generaciones humanas. Desde su concepción, los niños tienen derecho inalienable a desarrollarse en el seno de sus madres, a nacer y crecer en el ámbito natural del matrimonio. En la vida familiar y en la relación con su padre y su madre, los niños descubren su propia identidad y alcanzan la autonomía personal.
5. Constatar una diferencia real no es discriminar. La naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer. Nuestro Código Civil no discrimina cuando exige el requisito de ser varón y mujer para contraer matrimonio; sólo reconoce una realidad natural. Las situaciones jurídicas de interés recíproco entre personas del mismo sexo pueden ser suficientemente tuteladas por el derecho común. Por consiguiente, sería una discriminación injusta contra el matrimonio y la familia otorgar al hecho privado de la unión entre personas del mismo sexo un estatuto de derecho público.
6. Apelamos a la conciencia de nuestros legisladores para que, al decidir sobre una cuestión de tanta gravedad, tengan en cuenta estas verdades fundamentales, para el bien de la Patria y de sus futuras generaciones.
7. En este clima pascual, y al iniciar el sexenio 2010-2016 del Bicentenario de la Patria, exhortamos a nuestros fieles a orar intensamente a Dios Nuestro Señor para que ilumine a nuestros gobernantes y especialmente a los legisladores. Les pedimos también que no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y constituyen la esperanza de la Patria
."

II – Del PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA
FAMILIA, MATRIMONIO Y "UNIONES DE HECHO"

http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/family/documents/rc_pc_family_doc_20001109_de-facto-unions_sp.html
Capítulo: Presupuestos antropológicos de la diferencia entre el matrimonio y las "uniones de hecho"
“(19) El matrimonio, en consecuencia, se asienta sobre unos presupuestos antropológicos definidos, que lo distinguen de otros tipos de unión, y que -superando el mero ámbito del obrar, de lo «fáctico»- lo enraízan en el mismo ser de la persona de la mujer o del varón.
Entre estos presupuestos, se encuentra: la igualdad de mujer y varón, pues «ambos son personas igualmente»
[28] (si bien lo son de modo diverso); el carácter complementario de ambos sexos[29] del que nace la natural inclinación entre ellos impulsada por la tendencia a la generación de los hijos; la posibilidad de un amor al otro precisamente en cuanto sexualmente diverso y complementario, de modo que «este amor se expresa y perfecciona singularmente con la acción propia del matrimonio»[30]; la posibilidad -por parte de la libertad- de establecer una relación estable y definitiva, es decir, debida en justicia[31]; y, finalmente, la dimensión social de la condición conyugal y familiar, que constituye el primer ámbito de educación y apertura a la sociedad a través de las relaciones de parentesco (que contribuyen a la configuración de la identidad de la persona humana)[32].
(20) Si se acepta la posibilidad de un amor especifico entre varón y mujer, es obvio que tal amor inclina (de por si) a una intimidad, a una determinada exclusividad, a la generación de la prole y a un proyecto común de vida: cuando se quiere eso, y se quiere de modo que se le otorga al otro la capacidad de exigirlo, se produce la real entrega y aceptación de mujer y varón que constituye la comunión conyugal. Hay una donación y aceptación recíproca de la persona humana en la comunión conyugal . «Por tanto, el amor coniugalis no es sólo ni sobre todo sentimiento; por el contrario es esencialmente un compromiso con la otra persona, compromiso que se asume con un acto preciso de voluntad. Exactamente eso califica dicho amor, transformándolo en coniugalis. Una vez dado y aceptado el compromiso por medio del consentimiento, el amor se convierte en conyugal, y nunca pierde este carácter»
[33]. A esto, en la tradición histórica cristiana de occidente, se le llama matrimonio.
(21) Por tanto se trata de un proyecto común estable que nace de la entrega libre y total del amor conyugal fecundo como algo debido en justicia. La dimensión de justicia, puesto que se funda una institución social originaria (y originante de la sociedad), es inherente a la conyugalidad misma: «Son libres de celebrar el matrimonio, después de haberse elegido el uno al otro de modo igualmente libre; pero, en el momento en que realizan este acto, instauran un estado personal en el que el amor se transforma en algo debido, también con valor jurídico»
[34]. Pueden existir otros modos de vivir la sexualidad -aun contra las tendencias naturales-, otras formas de convivencia en común, otras relaciones de amistad -basadas o no en la diferenciación sexual-, otros medios para traer hijos al mundo. Pero la familia de fundación matrimonial tiene como específico que es la única institución que aúna y reúne todos los elementos citados, de modo originario y simultáneo.
(22) Resulta, en consecuencia, necesario subrayar la gravedad y el carácter insustituible de ciertos principios antropológicos sobre la relación hombre-mujer, que son fundamentales para la convivencia humana, y mucho más para la salvaguardia de la dignidad de todas las personas. El núcleo central y el elemento esencial de esos principios es el amor conyugal entre dos personas de igual dignidad, pero distintas y complementarias en su sexualidad. Es el ser del matrimonio como realidad natural y humana el que está en juego, y es el bien de toda la sociedad el que está en discusión. «Como todos saben, hoy no sólo se ponen en tela de juicio las propiedades y finalidades del matrimonio, sino también el valor y la utilidad misma de esta institución. Aun excluyendo generalizaciones indebidas, no es posible ignorar, a este respecto, el fenómeno creciente de las simples uniones de hecho (cf. Familiaris consortio, n. 81), y las insistentes campañas de opinión encaminadas a proporcionar dignidad conyugal a uniones incluso entre personas del mismo sexo»
[35].
Se trata de un principio básico: un amor, para que sea amor conyugal verdadero y libre, debe ser transformado en un amor debido en justicia, mediante el acto libre del consentimiento matrimonial. «A la luz de esos principios -concluye el Papa- puede establecerse y comprenderse la diferencia esencial que existe entre una mera unión de hecho, aunque se afirme que ha surgido por amor, y el matrimonio, en el que el amor se traduce en un compromiso no sólo moral, sino también rigurosamente jurídico. El vínculo, que se asume recíprocamente, desarrolla desde el principio una eficacia que corrobora el amor del que nace, favoreciendo su duración en beneficio del cónyuge, de la prole y de la misma sociedad»
[36].
En efecto, el matrimonio -fundante de la familia- no es una «forma de vivir la sexualidad en pareja»: si fuera simplemente esto, se trataría de una forma más entre las varias posibles
[37]. Tampoco es simplemente la expresión de un amor sentimental entre dos personas: esta característica se da habitualmente en todo amor de amistad. El matrimonio es más que eso: es una unión entre mujer y varón, precisamente en cuanto tales, y en la totalidad de su ser masculino y femenino. Tal unión sólo puede ser establecida por un acto de voluntad libre de los contrayentes, pero su contenido específico viene determinado por la estructura del ser humano, mujer y varón: recíproca entrega y transmisión de la vida. A este don de sí en toda la dimensión complementaria de mujer y varón con la voluntad de deberse en justicia al otro, se le llama conyugalidad, y los contrayentes se constituyen entonces en cónyuges: «esta comunión conyugal hunde sus raíces en el complemento natural que existe entre el hombre y la mujer y se alimenta mediante la voluntad personal de los esposos de compartir todo su proyecto de vida, lo que tienen y lo que son; por eso tal comunión es el fruto y el signo de una exigencia profundamente humana»[38].”

III. Declaración Ciudadana por la Vida y la Familia
http://www.uca.edu.ar/index.php/formularios/declaracion_ciudadana/es/universidad/facultades/buenos-aires/matrimonio-y-familia/declaracion-ciudadana-por-la-vida-y-la-familia/
“Los firmantes, abiertos al diálogo con nuestros conciudadanos de buena voluntad, queremos manifestar públicamente que adherimos a los siguientes principios y valores fundamentales para la convivencia social:
1. La dignidad de la vida humana debe ser protegida sin distinciones de ningún tipo desde su concepción hasta la muerte natural.
[Derecho a la vida] La vida del ser humano es siempre un bien. La vida de todo ser humano es inviolable desde el inicio de su existencia en la fecundación hasta su muerte natural. Esta inviolabilidad se expresa, en términos jurídicos y sociales, en el denominado “derecho a la vida”.
[Dignidad del ser humano] Cada ser humano, posee una intrínseca dignidad con independencia de su edad, sexo, raza, religión, rasgos físicos o genéticos, origen o condición socioeconómica. [Reconocimiento jurídico-positivo del derecho a la vida] El derecho a la vida del ser humano desde su concepción ha sido expresamente reconocido por el derecho argentino en su Carta Magna y en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos (Arts. 29, 33, 75 inc. 22, 75 inc. 23 de la Constitución Nacional). También en numerosas leyes y disposiciones nacionales y provinciales. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha ratificado esta inviolabilidad de la vida humana (Fallo “Portal de Belén”).
[Derecho a la vida y derechos humanos] El derecho a la vida es el presupuesto de todos los derechos. Su privación implica la supresión o negación de todos los demás derechos humanos. Por ello, nadie, ya sea juez, legislador, funcionario o simple ciudadano, tiene derecho a disponer, bajo ningún pretexto, de la vida de un ser humano.
[La injusticia del aborto] El derecho protege la vida humana por nacer en todos los niveles: penal, civil, administrativo. El aborto procurado es siempre una conducta injusta que priva a una categoría de seres humanos, los niños por nacer, de su derecho a la vida. En tal sentido, la despenalización del aborto equivale, en los hechos, a su legalización y se configura como gravemente contraria a la dignidad del ser humano, a sus derechos fundamentales y a la misma Constitución Nacional.
[Aborto y discriminación] Todos los hijos, sin distinción de origen o nacimiento, tienen igual derecho a la vida (Art. 3°, Convención sobre los Derechos del Niño). No es lícito discriminarlos según sean “deseados” o “no deseados”. La despenalización o legalización del aborto introduce en la dinámica social mecanismos de exclusión y discriminación entre los niños por nacer.
[Apoyo a la mujer, niñez y adopción] Es necesario un renovado compromiso del Estado y de las organizaciones de la sociedad civil para brindar el apoyo (sanitario, habitacional, económico, psicológico, espiritual) a toda mujer que ha sufrido un ataque a su integridad sexual. A tal fin, en el supuesto de un embarazo que se origina en una violación, es compromiso ineludible ayudar a la víctima a llevar a término su embarazo. En el caso que se viere imposibilitada de asumir la crianza de su hijo luego del nacimiento, apoyarla integralmente para que pueda asumir y desarrollar la maternidad. Si la madre no está en condiciones de cuidar a su hijo, ella le habrá dado la posibilidad de vivir y de ser criado por una de tantas familias que anhelan tener hijos y no pueden concebirlos.
[Promoción de la vida] La dignidad de cada ser humano merece medidas positivas de promoción, ya sea desde el nivel estatal como desde la sociedad civil, particularmente en los desafíos más urgentes como la pobreza, la desnutrición infantil, la trata de personas, la drogadependencia, la manipulación biotecnológica, etc.
2. El Estado y la sociedad tienen el deber de proteger el matrimonio, comunidad de vida y amor entre un varón y una mujer.
[La institución matrimonial] El matrimonio se funda en el vínculo, libre, permanente y exclusivo entre un varón y una mujer, en orden a la ayuda mutua y a la procreación y educación de los hijos. Conforma un auténtico bien para la sociedad. El vínculo matrimonial responde a un dato fundamental de la realidad humana: su condición sexuada. No es fruto del arbitrio humano, ni se puede reconfigurar según las épocas, culturas o intereses de grupos particulares.
[El matrimonio y su relevancia social] La íntima vinculación entre amor y vida que caracteriza al matrimonio, y que da origen a la familia, hace de él una realidad de una enorme relevancia social. El matrimonio es el ámbito privilegiado donde no sólo se genera la vida humana, sino también se la acoge, gesta, fortalece y humaniza. Allí la persona se capacita para entablar vínculos interpersonales y para desempeñarse en la sociedad desplegando sus dones y capacidades.
[Matrimonio y protección jurídica] El matrimonio es una institución social con perfiles jurídicos precisos. Cumple con vitales funciones sociales, por lo que merece protección del Estado. Las uniones entre personas del mismo sexo son esencialmente distintas e incompatibles con la institución matrimonial fundada en la unión de varón y mujer. Tales uniones no prestan la misma función social ni pueden ser equiparadas al matrimonio.
[El matrimonio en el derecho constitucional] La Constitución Nacional promueve la familia fundada en el matrimonio (cf. artículos 14 bis y 20 de la Constitución Nacional). A la luz de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, la noción constitucional de matrimonio refiere a la unión de varón y mujer. Cualquier modificación del Código Civil (art. 172) que eliminara el requisito de heterosexualidad para la celebración del matrimonio sería inconstitucional.
[Política familiar] Las funciones sociales del matrimonio suponen una responsabilidad para sus miembros, en la que deberían ser ayudados por la sociedad. La autoridad civil, ha de considerar como deber prioritario el reconocimiento de la verdadera naturaleza del matrimonio y la familia. Es necesario desarrollar políticas tendientes a fortalecer y ayudar a la perdurabilidad de los lazos. El matrimonio debe ser protegido y ayudado con políticas de fomento, seguridad social, económicas y tributarias (Art. 14 bis CN y Tratados Internacionales concordantes).
3. Los niños tienen derecho a crecer en una familia fundada en la unión estable entre varón y mujer y a ser educados según las convicciones de sus padres.
[El derecho del niño a crecer en una familia] La familia integrada por un padre y una madre es el mejor ámbito para el desarrollo pleno del niño. Con ese fin el Estado ha de adoptar medidas de promoción y consolidación del matrimonio. Es importante establecer redes de contención para las parejas en conflicto y ayudar a los padres para que puedan ellos a su vez estar a la altura del don maravilloso de la paternidad y maternidad.
[El derecho del niño a ser educado por sus padres] El niño tiene derecho a ser educado por su padre y su madre, quienes a su vez, tienen la responsabilidad de guiar la educación de sus hijos conforme a sus convicciones. La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos reconocen la responsabilidad primaria e indelegable del padre y la madre en lo concerniente a la educación de sus hijos (cf. artículo 75 inc. 19 Constitución Nacional y tratados con jerarquía constitucional).
[El niño desamparado y la adopción] En los casos en que, por diversas circunstancias debidamente justificadas, el niño se encuentra en situación de desamparo, la adopción se presenta como una institución privilegiada para garantizar al niño su derecho a crecer en el seno de una familia formada por un padre y una madre. La pretensión de adopción por parte de dos personas del mismo sexo desdibuja la finalidad de esta institución, que deja de estar en función del interés superior del niño.
[Apoyo a la niñez] Ante las situaciones de particular vulnerabilidad de la niñez y la familia, es necesario el apoyo de la sociedad y la autoridad política, a fin de garantizar la dignidad y derechos fundamentales de cada ser humano."
Asociacion Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Rca. Argentina
Foro UCA Vida y Familia – Universidad Católica Argentina de La Plata
RedUnifam: Red unidos por la familia
UCASAL
Instituto para el Matrimonio, la Familia y la Minoridad
Universidad Católica de Cuyo
FUNDAR
Asociación Cristiana de Dirigentes de empresa
Acción Católica Argentina

IV: Del sitio www.aciprensa.com

La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad (extracto)
http://www.aciprensa.com/Familia/homosex-catolicis.htm

“La Iglesia Católica, reflexionando a la luz de la Palabra de Dios y de la recta razón bajo la guía del Espíritu Santo, siempre ha enseñado que el acto homosexual es un pecado objetivamente grave. La Congregación para la Doctrina de la Fe declaró en 1975: "Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable. En las Sagradas Escrituras están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios" 1.
La Iglesia, sin embargo, distingue entre la maldad objetiva de la actividad homosexual y la responsabilidad subjetiva de quien la realiza. En esa misma declaración del 75 se nos enseña que: "Este juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen de esta anomalía son del todo responsables, personalmente, de sus manifestaciones; pero atestigua que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados y que no pueden recibir aprobación en ningún caso" 2. Esto no quiere decir que las personas que practican estos actos siempre sean subjetivamente excusables, sino que a veces la ignorancia, el abuso de otras personas, las influencias ambientales muy fuertes, etc., pueden conducirlas a realizar actos no totalmente libres. Sin embargo, tales actos son gravemente malos en sí mismos, pues ofenden a Dios y van en contra del bien auténtico de la persona humana.
La Iglesia también distingue entre la inclinación homosexual (u homosexualidad) y la actividad homosexual (u homosexualismo), enseñando que la primera no es pecado en sí misma, aunque inclina a actos que sí lo son. Comentando sobre su declaración del 75, la Congregación, en 1986, en una carta a los obispos sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, expresó lo siguiente: "...la Congregación tenía en cuenta la distinción comúnmente hecha entre condición o tendencia homosexual y actos homosexuales...Sin embargo, en la discusión que siguió a la publicación de la Declaración, se propusieron unas interpretaciones excesivamente benévolas de la condición homosexual misma, hasta el punto de que alguno se atrevió incluso a definirla indiferente o, sin más, buena. Es necesario precisar, por el contrario, que la particular inclinación de la persona homosexual, aunque en sí no sea pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. Por este motivo la inclinación misma debe ser considerada como objetivamente desordenada" 3.
La Iglesia, siguiendo el ejemplo y la enseñanza del mismo Cristo, hace una tercera distinción: la de condenar al pecado, pero tratar con misericordia al pecador. Por eso la Declaración del 75 expresó: "Indudablemente, estas personas homosexuales, deben ser acogidas, en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia" 4. Sin embargo, dicha atención pastoral no debe degenerar en una aceptación de la actividad homosexual como algo no reprobable. Por eso la carta del 86 puntualizó: "Quienes se encuentran en esta condición deben, por tanto, ser objeto de una particular atención pastoral, para que no lleguen a creer que la realización concreta de tal tendencia en las relaciones homosexuales es una opción moralmente aceptable" 5. (cont.)

sábado, 17 de abril de 2010

Concepto de educación (por Andrea Kibe)

EDUCACIÓN

La educación se manifiesta como un fenómeno constitutivo del ser personal del sujeto que se educa, como algo propio del hombre, y necesario, no tanto para regular su conducta sino para constituirlo hábil para ser hombre (Rousseau).
La educación, antes de ser un hecho social, político o económico, es un fenómeno concreto que ocurre en una persona, en un tiempo y en un espacio determinado; que forma parte del proceso de humanización en el que se da el despliegue y la construcción del sujeto, y que está orientado hacia una perfección mayor. El hombre se educa en un proceso de encuentro con el otro, con la sociedad, con la cultura. Este encuentro primeramente es ayuda y auxilio y luego interpelación, cooperación, trabajo conjunto.
Hoy nadie discute la evidencia de que las personas continúan aprendiendo a partir de sus ideas, viendo programas de televisión, visitando museos, observando el comportamiento de sus padres, grupos de iguales, amigos, etc.
Parecería que este tipo de aprendizaje es adquirido al azar, y así no siempre cae dentro del campo del educador y aún menos del planificador. Se piensa en la educación con más frecuencia como una secuencia de experiencias de aprendizaje.
Lo que ya es universalmente aceptable es que educación y aprendizaje ya no son considerados como sinónimos de “escolaridad”, aun cuando la mayoría de la población continúa equiparando educación con escuela.

AUTOEDUCACIÓN Y HETEROEDUCACIÓN

Si el proceso educativo se organiza, se ejerce y se impone desde fuera y desde arriba, entonces debe hablarse de “heteroeducación” (hetero en griego significa otro). Si nace del individuo mismo, para desde él apropiarse de lo que es exterior y conformarlo a su individualidad, debe hablarse de “autoeducación” (autos en griego significa uno mismo). Puede afirmarse entonces que:
* La educación es una influencia externa que configura al individuo.
* La educación es un desarrollo interior que hace que el individuo se configure a sí mismo.
* La educación es un proceso que proporciona al individuo los medios para su propia configuración.

“La educación es la formación del hombre por medio de una influencia exterior conciente o inconsciente, o por un estímulo, que si bien proviene de algo que no es el individuo mismo, suscita en él una voluntad de desarrollo autónomo conforme a su propia ley”.

PROCESO EDUCACIONAL Y EDUCATIVO

El proceso educativo es el conjunto de influencias que se ejercen sobre la persona para configurarlo, desde el punto de vista intelectual, espiritual, social, y también biológico. El proceso educativo se cumple en etapas: se inicia con la crianza, sigue con el adiestramiento, continúa con la instrucción y la educación para culminar con la autoeducación.
En clase diferenciamos el proceso educacional (aquel que tiene la intención de educar) del educativo (aquel que logra educar).

EDUCACIÓN INFORMAL, FORMAL Y NO FORMAL

La educación informal incluye actividades educativas no estructuradas. En la educación informal, se produce un aprendizaje “al azar”, en un proceso de ósmosis entre las personas y el ambiente. La mayoría del conocimiento y destrezas que adquirimos a lo largo de la vida, lo hacemos en un ambiente no estructurado, por medio precisamente de este tipo de educación. Algunos ejemplos son: el aprendizaje del idioma propio, de valores, actitudes y creencias. Tal educación es obtenida por medio de una combinación de observación, imitación y emulación de miembros específicos de la sociedad.
Educación formal (escolar), que se diferencia de la educación no formal en que es mayoritariamente impartida en instituciones (escuelas) por docentes. Este tipo de educación se caracteriza por su uniformidad y una cierta rigidez, con estructuras verticales y horizontales, y criterios normalizados por los estados. Es la que está incorporada en el sistema educativo oficial.
Educación no formal (muchas veces considerada como extraescolar), incluye todas las formas de instrucción promovidas conscientemente por el agente educativo, siendo la “situación de aprendizaje buscada por ambas partes”.
Principales características:
- Organizada y estructurada pero al margen del organigrama del sistema educativo graduado y jerarquizado.
- Diseñada y planificada para un grupo meta identificable (organizada para lograr un conjunto específico de objetivos de aprendizaje).


La educación permanente, es una de las fuentes que brindó aportes importantes al desarrollo y la sistematización de lo que se denomina educación no formal e informal.
Surge entre especialistas y animadores de la Educación de Adultos, en espacios fuera de los ámbitos tradicionalmente escolares, vinculados a realidades económico-sociales concretas.
La definición de educación permanente puede sintetizarse como “proceso educativo contínuo e inacabable que se prolonga a lo largo de la vida”.
La educación permanente defiende la ampliación de la educación escolar y también aboga por un sentido formativo que se prolonga en el tiempo y en otros espacios sociales, como los propios del tiempo libre, de las esferas laborales, de la comunidad, etc.

Andrea Kibe

BIBLIOGRAFÍA: Graciela Cardarelli (socióloga) – Lea Waldman (lic. En ciencias de la educación)
- www.profesorgentile.com.ar

jueves, 15 de abril de 2010

El concepto de educación (Por Bibiana Beveraggi)

Unidad : 1
Autor: Lic. María Bibiana Beveraggi
Fuentes: Concepto de Educación de Peters – Política educativa de Cassani – y libros de Pedagogía de autores varios como Nassif,García Hoz, Mantovani, Manganiello,etc.


EL CONCEPTO de EDUCACIÓN


La educación es un fenómeno muy familiar en nuestras vidas. Todos hemos recibido educación en nuestras casas, hemos asistido a escuelas para educarnos, hemos opinado sobre temas relacionados con la educación, con los maestros, ... también hemos criticado a padres, docentes, curas, y hasta seguramente habremos tarareado alguna canción que se refiere al aprendizaje o la enseñanza . Sin embargo, cuando tratamos de definir el término educación, se nos presentan dudas e inseguridades.

Lo primero que diremos entonces es que “educación” es uno de esos términos que es difícil de definir con precisión porque denomina a gran cantidad de fenómenos diferentes y complejos. Por ejemplo:

La educación puede referirse un fenómeno individual (la educación de un individuo) y/o a un fenómeno social (la educación de un determinado grupo social).

La educación puede referirse al proceso (cuando nos referimos de las tareas educativas, a la acción de educar) y/o al resultado (cuando nos referimos a lo que se espera lograr con la educación o a lo que se ha logrado después de la tarea educativa)

La educación puede hacer referencia al intento de educar a otro (heteroeducación) y/o al intento de educarse a uno mismo (autoeducación).

La educación puede tratarse de actividades sistemáticas (ordenadas, previstas, planificadas, organizadas, periódicas,...) o de actividades asistemáticas o informales (imprevistas, ocasionales...)

La educación puede estar inserta en el sistema oficial de enseñanza y en este caso hablamos de educación formal, o fuera de dicho sistema, constituyéndose en educación no formal.

Podemos hablar de agentes educacionales (aquellas personas o instituciones que intentan educar a alguien, y que a veces lo logran y a veces no) y de agentes educativos (aquellos que lograron educar a veces habiéndoselo propuesto, a veces sin haberlo buscado).

Porque la educación no es sólo parte de la escuela, sino que es parte de la vida. Y hasta puede haber escuelas que no educan, y amigos o vecinos o ciudadanos que nos educan con fuerza. Entonces, ¿qué es educar?

Hay muchísimas definiciones y no todas son equivalentes. Sin embargo podemos decir que en general , ellas coinciden en que la educación es:
• un fenómeno exclusivamente humano
• un fenómeno que implica la transformación del ser humano hacia un estado mejor y deseado, hacia un estado más humano
• un fenómeno que implica transformaciones relativamente constantes y que involucran a la persona en forma global

Pero esto que encontramos en común entre las definiciones de educación, nos lleva justamente a tener que admitir profundas diferencias en las concepciones sobre la educación. Ya que si el fenómeno educativo es un fenómeno humano, serán los diferentes significados o concepciones que se tengan del “hombre” lo que determine en qué consistirá esa transformación hacia un estado mejor. Por lo tanto, cuando dos personas discutan sobre educación, probablemente estén discutiendo sobre qué es ser humano, aunque no se den cuenta. Así, cuando tengamos que analizar una situación relacionada con la educación, primeramente podemos intentar distinguir qué concepción del hombre o qué concepción antropológica subyace en dicha situación. Ya que si se trata de transformar al ser humano hacia un estado mejor y deseado las diferentes respuestas antropológicas dirán cosas distintas sobre en qué consiste ese estado mejor y deseado. Ante todo los relativistas dirán que ese estado mejor y deseado es relativo a cada persona o a cada grupo o a cada cultura. Y por ejemplo si un padre enseña a su hijo a robar y para ese padre robar es bueno, dirán que ese padre está educando a su hijo. Algunas personas identificadas con el realismo filosófico en cambio, sostendrán que el robar es un disvalor universal y que si bien existe enseñanza y aprendizaje, en ese caso no podemos hablar de educación ya que la persona no se transforma hacia un estado mejor. También será diferente la definición de “estado mejor” de una persona con concepciones espiritualistas, de otras con concepciones naturalistas o materialistas y de aquellas con concepciones integralistas.

Teniendo claro que lo esencial en el concepto de educación es esa transformación hacia un estado mejor y deseado, será esa transformación el primer criterio a tener en cuenta para analizar si una situación es educativa o no educativa. ¿Qué dimensiones se transforman? ¿algunas o todas? ¿Hay transformación biológica, afectiva o emocional, intelectual, volitiva?...Cuáles son las posibilidades de transformación? ¿Cuáles son los límites...?

A su vez, podemos continuar el análisis de situaciones usando como marco de referencia las “duplas” enunciadas más arriba :

En esta situación ¨x¨...:

1. ¿Se enfatiza más el fenómeno individual de la educación o el social?
En el primer caso hablaríamos de una educación “individualista” que se despreocupa de la dimensión social del individuo. En el segundo caso, podríamos estar frente a una educación “socialista”, que prioriza los intereses de la sociedad por encima del desarrollo y las libertades personales. También podríamos hablar de educación personalizada, cuando la práctica educativa que se desarrolla prevee estrategias de enseñanza/aprendizaje diferentes y acorde a las capacidades de cada uno de los educandos. Y de educación socializada, cuando las actividades previstas están dirigidas al “grupo” de educandos. Estos dos tipos de educación, no responden tanto a diferencias ideológicas, como a posibilidades e inversiones reales para poder preparar las pràcticas educativas personalizadas.

2. ¿Se enfatiza más el proceso o el resultado de la educación?
Históricamente se enfatizaron más los resultados, sin tener muy en cuenta los procesos de enseñanza y/o de aprendizaje. Cuando esto sucede, hablamos de pedagogías eficientistas. Hoy, muchos educadores enfatizan el “proceso” sin tener en cuenta si se logran resultados o qué tipo de resultados se obtienen. Nosotros consideramos que lo adecuado es tener ambos aspectos en cuenta y relacionados de un modo coherente: medios y fines tienen que ser ambos educativos y además los medios tienen que ser adecuados para lograr los fines propuestos. De no tenerse en cuenta alguno de ambos aspectos, nos parece que se reduce la realidad, por eso hablaríamos en las situaciones anteriores de “reduccionismos”. También habrá que considerarse cómo es el proceso educativo: ¿es legítimo, valioso o contradictorio con el mejoramiento del ser humano? y el resultado : ¿es valioso? ¿valioso para quién?

3. ¿Se enfatiza más la heteroeducación o la autoeducación? ¿Hay enseñanza? ¿Hay aprendizaje?

4. ¿Qué incide más, la educación sistemática o la asistemática? ¿La única responsable de la educación es la escuela? ¿Y la familia? ¿Y la comunidad? Los medios de comunicación masiva ¿no “forman” de manera informal? ¿Qué “forma” dan a sus consumidores (oyentes de radio, televidentes, etc.) ¿educan?

5. ¿Hubo intención de educar? ¿Se logró o se logrará educación? ¿Todas las escuelas o instituciones educacionales son educativas?

Evidentemente estos son algunas de las preguntas y análisis que pueden surgir en torno a la educación. Lo hemos presentado de un modo muy simple, casi como un diccionario, no pretendiendo simplificar, sino para poder comenzar a aproximarnos a la cuestión educativa. A medida que nos acerquemos a dicho fenómeno, observaremos que por ser tan humano es muy complejo. Tampoco será fácil decidir ¿qué enseño? ¿cómo enseño?, ¿educo?, ¿para qué?, ¿a quiénes?, ¿aprenden?, ¿sirve?, ¿dónde educar? , ¿cuándo?, ¿y mi educación?... ). Pero al igual que nosotros hoy, muchos otros antes se han preguntado y han intentado algunas respuestas en torno a estas cuestiones: a esa parcela del conocimiento humano la llamamos Teoría de la Educación. Nos da algunas pistas a aquellos que hemos elegido el desafío de educar, de transformar, de dar otra forma, aunque sea, a nosotros mismos.


TEXTOS PARA REFLEXIONAR extraídos de “El valor de educar” de Fernando Savater, cap. I

“Nacemos humanos, pero eso no basta: tenemos también que llegar a serlo.[...] Hay que nacer para humano, pero sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian su humanidad a propósito...y con nuestra complicidad. La condición humana es en parte espontaneidad natural pero también deliberación artificial: llegar a ser humano del todo (sea humano bueno o humano malo) es siempre un arte. ”

“Si no hay atribución de ignorancia, tampoco habrá esfuerzo por enseñar.” “Enseñar es siempre enseñar al que no sabe y quien no indaga, constata y deplora la ignorancia ajena no puede ser maestro, por mucho que sepa. Repito: tan crucial en la dialéctica del aprendizaje es lo que saben los que enseñan como lo que aún no saben los que deben aprender.”

”Lo primero para educar a otros es haber vivido antes que ellos, es decir no el simple haber vivido en general (es posible
y frecuente que un joven enseñe a cosas a alguien de mayor edad) sino haber vivido antes en el conocimiento que desea transmitirse...”

“Porque lo propio del hombre no es tanto el mero aprender como el aprender de otros hombres, ser enseñado por ellos.[...] el hecho de enseñar a nuestros semejantes y de aprender de nuestros semejantes es más importante para el establecimiento de nuestra humanidad que cualquiera de los conocimientos concretos que así se perpetúan o transmiten. [...] La vida humana consiste en habitar un mundo en el que las cosas no sólo son lo que son sino que también significan; pero lo más humano de todo es comprender que, si bien lo que sea la realidad no depende de nosotros, lo que la realidad significa sí resulta competencia, problema y en cierta medida opción nuestra.[...]no es lo mismo procesar información que comprender significados.[...]Antes que nada, la educación es la revelación de los demás, de la condición humana como un concierto de complicidades irremediables.”

Concepto de educación. (Por Martín Duarte)

La educación

¿Cómo podemos definirla?

Muchas veces usamos la palabra educación y la vinculamos con otras sin saber con precisión el significado de dicha palabra.

A su vez existen muchas palabras derivadas de la educación:
-Educar
-Educativo
-Educador
-Educado

Si yo tuviera que dar una definición propia de la educación sería:
Educación: Saber adquirido en casa, en la escuela y en distintos lugares, el cual lo usamos para valernos en diferentes aspectos en la sociedad.

O también: Saberes y costumbres adquiridos desde personas cercanas a nosotros que intentan enseñarnos y nosotros aprender para provocar un cambio en nosotros.

En mi colegio, mi profesora de dicha materia, al llegar al aula la primera pregunta que nos hizo después de su debida presentación fue:

¿Qué es la educación?
“Para mi, la educación es el proceso de transformación de un ser humano hacia un estado mejor y deseado”, dijo ella.

La verdad es que cuando escuché esta definición, reflexioné y deduje que tenía razón: la educación transforma a la persona para bien, pero no cabe duda que la persona alcanza otro nivel que se lo puede definir como deseado. (En caso de que la transformación sea para mal, estaríamos frente de un proceso de “deformación” y no de “formación o educación”)

También existen diferentes tipos de educación:

Los que he aprendido son:

Autoeducación: Es el proceso mediante el cual uno se educa a sí mismo.

Heteroeducación: Es el proceso de educar a otro o de ser educado por otro.

¿Existen ejemplos?

Por supuesto que. En nuestra niñez o al nacer hay una clara evidencia de heteroeducación: cuando somos bebes, y aprendemos mirando y copiamos todo lo que vemos, o al aprender a caminar, que nos enseña mamá o papá. Nuestra persona va tomando forma y aprendemos cada vez más. Empezamos el colegio y somos educados por alguien más además de papá y mamá: maestros y profesores. Nuestra transformación se va haciendo cada vez más presente, y cuando vamos estudiando nosotros mismos y elegimos qué aprender y cómo, vamos llegando a la autoeducación al aprender cosas por nuestros medios ya sea mediante experiencias o diferentes métodos. En la actualidad muchos de nuestros compañeros, y amigos, hasta nosotros mismos, nos autoeducamos a través de herramientas y utilidades a disposición nuestra (como Internet y otros medios de comunicación) o de la misma calle.

Cuando hablamos de heteroeducación, quienes intentan educar a otros son llamados agentes de educación.

Agentes de educación:

*Familia

* Iglesia

*Escuela

*Medios Masivos de educación


¿Qué son los medios masivos de educación?
Son aquellos medios que acercan información a muchas personas como los diarios, revistas, radios, TV, intenet, etc. y que, (a veces sin darnos cuenta) dejamos que actúen sobre nosotros, generalmente dejando su influencia y dejando buenas o malas enseñanzas en nosotros.
¿Son de fácil acceso?
Hoy en día sí. En la actualidad, generalmente la educación inicial se da en la familia y también ya se evidencia la participación de estos agentes. Ya que hoy, un televisor o una radio está presente en casi todo el planeta, y si una familia no lo tiene, seguro que si salen o visitan amigos, en algún lugar van a ver uno. También Internet, hoy en día está muy presente ya que la ciencia y la tecnología avanzaron tanto que existen aparatos para cubrir grandes zonas con este servicio, el cual no se priva de nada, porque cualquier cosa que busques vas a encontrar.

Cada proceso de educación puede ser:

Educacional: cuando existe la intención de educar

Educativo: cuando hubo realmente logros educativos

A su vez existen procesos de educación Sistemáticos (es decir previstos, planificados, ordenados, etc) y Asistemáticos (ocasionales).

Son sistemáticos:

1) Educación formal: es la que se encuentra dentro del sistema educativo oficial. Es una educación planificada, guiada, secuencial, que otorga títulos, la cual se extiende desde la infancia o nivel inicial hasta el nivel superior.

2) Educación no formal: es la que se brinda en instituciones que están fuera del sistema educativo; se refiere a instituciones, ámbitos y actividades de educación que, no siendo escolares han sido creados con el objetivo de educar. Esta educación permite acumular conocimientos y habilidades específicas. Es sistemática pero está fuera del ámbito oficial.

3) Educación informal : es aquella educación no planificada ni organizada en tiempos y horarios; y es la brindada por la familia, los amigos y también a veces por los medios masivos de comunicación. Es una educación impartida ante situaciones cotidianas de contacto social, sin una estrategia escolar sino más bien espontánea.


Conclusión:

Como conclusión personal, considero a la educación como un fenómeno clave que hay que valorar para lograr el mayor nivel de educación posible, el mayor nivel de “humanización” posible.

Esto no se trata exclusivamente de la inteligencia, sino más bien de nuestras actitudes en la vida. A mayor y mejor educación, vamos a poder ser un ejemplo hacia los demás.

Eso sería mi objetivo a lograr: que las personas me vean como ejemplo y yo proponerme serlo.


Martin Duarte - 4to A - Colegio San Josè.

Programa de Fundamentos de la educación.



INSTITUTO SAN JOSÉ
AÑO: 2010
ASIGNATURA: Fundamentos de la educación
CURSO: 4º A y 4º b
HORAS SEMANALES: 3 (tres)
PROFESOR: Lic. M. Bibiana Beveraggi


OBJETIVOS BÁSICOS

Valorar la educación individual y social como posibilidad de desarrollo y mejoría.
Comprender la complejidad del fenómeno educativo a partir de analizar sus dimensiones: filosófica – religiosa – psicológica – social – cultural – económica – política.
Reflexionar sobre el fenómeno educativo y sus agentes a lo largo de la historia argentina y en la actualidad.
Conocer algunos aportes de teorías pedagógicas y utilizarlas en el análisis de situaciones educacionales.
Mejorar habilidades y hábitos de estudio e introspección.
Usar en forma correcta y precisa el lenguaje oral y escrito.
Ser responsable y comprometido en el aprendizaje y en el estudio.
Respetar al docente y a sus padres teniendo en cuenta nuestra formación cristiana.

CONTENIDOS:

Unidad 1: Introducción a la educación Marzo - Abril
La educación: concepto. Distintos tipos de educación: educacional – eductiva; sistemática - asistemática; formal - no formal - informal; autoeducación - heteroeducación. Agentes de educación: familia, Iglesia, escuela, medios de comunicación, …
Educación y fines educacionales: necesidad de fundamentos para definir el fin educacional; los fundamentos de la educación; breve Antropología filosófica; educación y proyecto de vida.


Unidad 2: La educación en situación: análisis de la educación argentina

2.1: La educación en la era indígena y en la actualidad - Abril - Mayo

La educación en la era indígena. A partir de la lectura del cuento Los que comimos a Solís, de María Esther De Miguel se abordarán los siguientes temas: arquetipo de las personas que viven como en la era indígena; comparación con la cultura actual; socialización básica y secundaria; el rol de la familia en la educación; la escuela y la educación de la diversidad; aprendizajes significativos y no significativos en la teoría de Ausubel.


2.2: La educación en la era colonial y en la actualidad - Mayo – Junio - Julio

La educación en la era colonial. A partir de las películas La misión y Estación Central y de la lectura del cuento El libro, de M. Mujica Laínez, se abordarán los siguientes temas: educación y cultura; diferentes formas de transmitir la cultura. El mensaje cristiano en América; el rol de la Iglesia en la educación. Autoridad y autoritarismo. Conocimiento, poder y marginalidad; la educación de la mujer; el analfabetismo.

3.3: La educación en la era criolla y en la actualidad - Agosto – Septiembre

La educación en la era criolla. A partir de la lectura del cuento Las ropas del maestro, de Manuel Mujica Laínez, algunos capítulos de Las “Bases”, de J.B. Alberdi y Juvenilia, de Miguel Cané, se abordarán los siguientes temas: La relación maestro-alumno. La docencia como trabajo: los sueldos. Instrucción y educación. La escuela y el sistema educativo argentino. Educación e integración nacional: identidad, igualación, diferenciación.

4.4. La educación en la era aluvial y en la actualidad – Octubre - Noviembre

La educación en la era aluvial. A partir de la lectura de la obra “Mi hijo el dotor”, de Florencio Sánchez, y de la novela Un mundo feliz, de A. Huxley y de las películas La lengua de la mariposa, y La sociedad de los poetas muertos, se abordarán los siguientes temas: Educación y desarrollo: la educación como posibilitadota de progreso individual y social. Educación y conflicto intergeneracional y/o ideológico. La educación totalitaria. La institución educativa y sus diferentes actores. La educación totalitaria. Panorama internacional de la educación a principios del siglo XXI.


CONTENIDOS TRANSVERSALES:

Escucha, diálogo y conversación.
Lectura comprensiva, marginales, esquemas conceptuales.
Búsqueda y organización de la información.
Uso del lenguaje adecuado y preciso.
Responsabilidad y compromiso en el aprendizaje y en el estudio.
Trabajo en equipo.
Análisis de situaciones y reflexión.


CRITERIOS DE EVALUACIÓN:

Para decidir la acreditación parcial y final de los alumnos se tendrá en cuenta el haber logrado los objetivos básicos.

Se tendrán en cuenta los siguientes indicadores:

- Un tercio de la calificación de cada uno de los trimestres corresponderá a las actitudes positivas frente a las personas, al aprendizaje y el estudio: comportamiento y participación en clase, cumplimiento de tareas y trabajos prácticos, respeto hacia el profesor, hacia sus compañeros y hacia los espacios y elementos de estudio.

MECANISMOS DE EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN:

Evaluaciones orales
Evaluaciones escritas
Evaluación de Trabajos Prácticos
Evaluación de actitudes (a lo largo de cada trimestre)


BIBLIOGRAFÍA:

Mujica Laínez, Manuel, Misteriosa Buenos Aires
De Miguel, María Esther, Los que comimos a Solís
Alberdi; Juan Bautista, “Bases”
Cané, Miguel Juvenilia
Sánchez, Florencio, Mi hijo el dotor
Huxley, Aldous, Un mundo feliz
Jaím Etcheverry, Guillermo, La tragedia educativa
Beveraggi, María Bibiana, Apuntes de cátedra